Los radiadores de calefacción en Fuenlabrada son parte de un interesante proceso que acompaña al ser humano desde hace mucho tiempo: el deseo de calentar un lugar para estar en él de forma confortable.

Vamos a ver hoy los primeros pasos de algo tan cotidiano como no pasar frío en un lugar cerrado. Los radiadores de calefacción en Fuenlabrada son un ejemplo del desarrollo de esta necesidad tan importante en la actualidad, lograr un bienestar térmico en cualquier espacio de nuestra casa.

Al inicio de los tiempos, el ser humano utilizaba el fuego para calentarse. Sin embargo, las llamas directas tenían varios inconvenientes. Era peligroso, generaba muchos humos y necesitaba aire exterior e interior para la combustión.

Ante estos problemas se realizó una de las innovaciones más importantes para el progreso y bienestar de la humanidad: sacar el peligroso fuego del local habitado, con lo que se logró evitar los humos y la entrada de aire frío.

Fue entonces cuando se creó el hipocausto.

Esta invención griega se utilizó en las termas de Siracusa y Olimpia desde el tercer siglo a. C. La combustión, que se hacía en otro local, conducía los humos calientes por un circuito distribuido por el suelo o las paredes. De este modo, antes de ser expulsados, calentaban todo el lugar. Así, los inconvenientes del fuego directo dejaron de ser un problema.

Es interesante señalar que este sistema pervivió en España durante muchos siglos. Se utilizó, de forma general en la Edad Media, un mecanismo similar al hipocausto, denominado gloria. Necesitaba paja u otros elementos orgánicos para la combustión y generaba un agradable calor.

Esperamos que esta información sobre los orígenes de la calefacción te haya interesado.

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